Por Javier Felcaro – Publicación original en La Capital
Ex periodista​ deportivo. Ocupó una banca en la Cámara alta provincial y es senador nacional por Santa Fe. Actual precandidato a gobernador por Juntos Avancemos
Una semana después de haber sellado sobre la hora un acuerdo político político con el gobernador Omar Perotti, el senador nacional Marcelo Lewandowski destaca las virtudes de la fórmula para la Casa Gris que comparte con la ministra de Infraestructura provincial, Silvina Frana, insta al consenso de cara a las generales de septiembre próximo y les deja un mensaje a sus rivales de la oposición que machacan sin tregua sobre el rol del oficialismo frente al principal desvelo de los santafesinos: la inseguridad.

“Si alguien piensa que a la inseguridad la soluciona solo, a lo Rambo, está mintiendo”, advierte a La Capital el ex periodista deportivo.

—¿Fue demasiado trabajoso el acuerdo que desembocó en su precandidatura?

—Uno siempre intentó amalgamar la mayor cantidad de espacios posible dentro del peronismo para concluir en una precandidatura que fuera una síntesis. Se pudo concretar, más allá de que con algunos habrá una interna. Pero el principal objetivo es el 10 de septiembre, fecha para la que hay que llevar una propuesta acompañada no solo por los integrantes del PJ sino por una cantidad muy importante de votantes independientes. Venimos de recibir la semana pasada un importante apoyo de ONGs, empresarios y otros referentes de la comunidad santafesina. Era una posibilidad que cada sector quisiera imponer sus condiciones, pero finalmente se dio esta síntesis, en la que hay mucha territorialidad de la mano de presidentes comunales e intendentes, que tuvieron un rol vital. Ellos siempre creyeron en la fórmula con Frana como la que puede tener un mayor peso a la hora de intentar retener la provincia.

—Las encuestas le sonríen a usted, pero los sondeos no lucen favorables al PJ…

—Es un desafío para el conjunto del peronismo y otros sectores, porque deseamos incorporar espacios que buscan consensos. Hoy la Argentina está desencantada con la política: no quiere más peleas y sí que le resuelvan los problemas. Por eso, no nos vamos a encerrar en frases coucheadas. Vamos a proyectar hacia todos los sectores lo que entendemos debe ser la construcción política de un gobierno. En ese camino seguro habrá disidencias, pero debemos lograr consenso en una Santa Fe con mucha riqueza y potencial, aunque también con sectores con enorme desigualdad. Y eso no puede ocurrir.

—La oferta electoral incluye a Perotti a la cabeza de la lista de diputados provinciales. ¿Habrá una defensa a rajatabla de su gestión?

—Es una conjunción en la que hay muchos sectores y el gobierno hizo cosas buenas, que las vamos a destacar y potenciar. También cosas que, quizá, tuvieron buenas intenciones y van camino a concretarse. Y lo que se hizo mal, habrá que cambiarlo. Lo único que no podemos hacer es mentirnos. Lo que está, se puede ver y hay que resolverlo. No hay que tener miedo a expresarlo. De hecho, ya lo dije y consta en actas: cuando vi situaciones que no eran favorables, lo manifesté públicamente.

—En ese marco, Rosario no puede contener la escalada de violencia.

—A los que vivimos en Rosario no nos tienen que contar ni explicar lo que está ocurriendo. Lamentablemente, para esto que comenzó muchos años atrás, no hace tres, con un deterioro profundo en los barrios y una inserción del narco, no se encontraron soluciones. Y no pasa por una o dos medidas sino por resolver muchísimas cuestiones en materia de seguridad y del estado en que se encuentran la policía y el Servicio Penitenciario. Hay algunas decisiones de María Cecilia Vranicich (la jefa del MPA dispuso la intervención del órgano que asiste a fiscales en casos complejos) que son importantes, porque la Justicia tiene un papel fundamental en el combate al delito. Pero también debemos resolver la cuestión social en cada uno de los lugares más postergados de la ciudad. Quienes habitamos esos barrios vemos el deterioro en la urbanización. La contención a través del fortalecimiento de la instituciones barriales es clave. También es esencial lo que dijo (el presidente de la Corte Suprema provincial) Daniel Erbetta en la apertura del año judicial: poner el foco en lo social. Hay que lograr los consensos políticos y decirle también a la gente que, si alguien piensa que a la inseguridad la soluciona solo, a lo Rambo, está mintiendo. Sí estoy absolutamente convencido de que, gobierne quien gobierne, deberá estar al frente de esas decisiones.

—Ahora Perotti llamó a los precandidatos a sucederlo a debatir un plan de seguridad. ¿Se llega a tiempo?

—La valoración de lo temprano o lo tardío… Se puede interpretar que es algo que debió realizar antes, pero tampoco hubo señales de la Legislatura, donde el oficialismo es mayoría en el Senado y la oposición en Diputados, que no avanzó con una iniciativa ligada fundamentalmente al tema policial, como la planteada en su momento por el ex ministro de Seguridad Marcelo Sain. Lo importante es que no podemos seguir dejando pasar los días sin lograr determinados puntos de acuerdo. Al que crea que podrá resolver esto solo, la realidad se lo va a llevar puesto.

—¿La oposición santafesina se muestra más unida que el justicialismo?

—Insisto mucho en que hoy las encuestas hablan de un descreimiento en sentirse contenido por los espacios políticos, que no está bueno pero es la realidad. En la actualidad pesa más la confianza en lo que transmite el candidato. Existe un electorado que fluctúa por la credibilidad y estamos convencidos de que expresamos una fórmula que no hay que explicarla y, por eso, podemos caminar tranquilos.

—¿La puja electoral nacional no terminará tallando en Santa Fe?

—Son cuestiones estratégicas. Realmente, nadie en los ámbitos provincial y nacional se puede hacer el distraído de la responsabilidad que le cabe. Así como hay distintas listas que forman parte de los doce años de gestión que tuvo Santa Fe, existe un correlato en el plano nacional con aquellos que, en 2019, nos dejaron un país endeudado y complicado. Pese a esa herencia y la tormenta perfecta que constituyeron la pandemia, la guerra Rusia-Ucrania y la sequía, quiero destacar que si Santa Fe hoy se muestra como una de las provincias más pujantes es porque también tiene un correlato nacional que, a la par de todos los condicionamientos, posibilitó una política que privilegió las pymes y la producción nacional.